Wednesday, March 31, 2010

El Paro: Desanimados o Simplemente "Missing" (Dos)

Según un articulo reciente en este mismo diario, el Gobierno Español ha decidido abrir la puerta de salida a los trabajadores inmigrantes que se encuentren parados para que regresen a sus países de origen. Y para que esta oferta no se quede corta de demanda, el Ejecutivo parece dispuesto a ofrecer ayudas económicas de hasta 2.600 euros por familia, más el pago del billete para viajar.

Como indica Expansión, en estos momentos el 30% de la población extranjera afiliada a la seguridad social (o más de 600.000 personas) sobrevive sin rentas del trabajo, mientras que para cerca de 300.000 la caducidad de su seguro de paro es cuestión de semanas. Entonces hace falta encontrar alguna solución u otra, y con urgencia. Pero la pregunta que esta nueva política de respuesta pone de relieve es lo siguiente: ¿es conveniente que las personas con capacidad de trabajar, al faltar el trabajo, salgan del país? Como voy a explicar más abajo, mi opinión es que esta solución sería un desastre para el país.

Ciertamente, señales de que algunos estaban marchando han ido apareciendo cada vez con más frecuencia en los últimos meses.

En primer lugar, el saldo migratorio ha ido bajando constantemente (ver gráfico abajo).




Según el ultimo informe del INE, en su Población "nowcast", en septiembre del 2009 , 9.048 personas más entraban en España (incluyendo nacionales y extranjeros) . Tal cantidad puede exagerar el número significativamente por dos razones básicas. En primer lugar sólo se sabe si un inmigrante ha dejado realmente el país, cuando no renueva su permiso de residencia, cosa que sólo se hace cada dos años, y por lo tanto hay una demora considerable. Por otro lado, los nacionales solo constan cuando emigran definitivamente, pero de estas personas indudablemente hay bastante pocas: los que simplemente se van a buscar trabajo, sin planes que vayan más lejos ¿quién los contabiliza a ellos?

¿Los desanimados, dónde están?

Otra indicador que puede resultar interesante en este sentido es el desfase entre el número de personas que pierde su trabajo, y el total de parados. Yo, personalmente, he quedado sorprendido por el de hecho de que el número de parados no ha subido tanto como esperaba. También parece que los técnicos del INEM han tenido la misma sensación, porque han ido constantemente modificando sus datos de parados, estacionalmente corregidos y depositados en Eurostat, desde Semana Santa del 2009. El último ejemplo ha sido la revisión que han hecho de la tasa de desocupación de diciembre que ha bajado de un 19,5% a un 18,9% al terminar el EPA por el cuarto trimestre.







Por supuesto, el paro ha ido subiendo, y seguirá subiendo, pero no tan rápido como yo, personalmente, tenía previsto, y aunque todavía creo que superará las previsiones tanto del mismo Gobierno como del Banco de España, no creo que no llegamos al lindar del 25% que inicialmente tenía previsto. Pero la razón por la que no llegaremos no es ninguna buena noticia.

Tal y como destacan en su último informe del mercado laboral IESE-Adecco, en el último trimestre del año pasado era la caída de la población activa - del 0,4%, la primera caída en 30 años y provocada por el desaliento entre los desempleados - lo que impide que el número de personas sin empleo llegue a los 4.500.000 de parados.



Según el informe de no haberse contraído la población activa, los desocupados sumarían 100.000 más al final de año, con lo que se hubiera alcanzado fácilmente la cifra de 5 millones si la población activa hubiese mantenido una evolución normal. “El resultado del desánimo en la población es la moderación en el incremento de parados”, indica el informe de IESE-Adecco.

Pero la parte mas interesante de ese discurso son las razones que dan. Según IESE-Adecco este "desánimo" ocurre por dos principales motivos. Por un lado, una parte de quienes pierden su empleo no inicia la búsqueda de otro y, por otro, personas que desearían trabajar no comienzan a buscar empleo. "Tales comportamientos pasan a ser comprensibles por el desánimo y las malas expectativas en el contexto actual", dice el informe. Pero luego matizan: "Para ser más precisos, el efecto desánimo coexiste con otros dos movimientos, aún poco visibles pero ya en marcha: inmigrantes que retornan a sus países, efecto retorno, y españoles que deciden probar suerte en el mercado laboral de otros países de la UE, efecto salida”.

Según el informe, el hecho sobresaliente en 2009 es el descenso de la población económicamente activa, algo que no había ocurrido en las tres décadas anteriores - en los últimos doce meses, se ha producido un descenso de 92.300 personas activas. Y en el último trimestre, y por cuarto trimestre consecutivo, el número de puestos de trabajo perdidos interanualmente ha superado el millón, concretamente, 1.210.900 ocupados (descenso de un 6,1%). Específicamente, a lo largo de los últimos doce meses se han perdido 819.900 empleos adultos (descenso de un 4,5%) y 391.000 ocupaciones juveniles (bajada de un 23,5%). Es decir, 1 de cada 3 puestos de trabajo perdidos estaba ocupado por un menor de 25 años, y el número de jóvenes ocupados (ahora 1.273.000) es el más bajo en al menos 40 años (ver gráfico). Esta situación se repite en todas las Comunidades Autónomas analizadas.



Por lo tanto, desde septiembre de 2007, momento de máxima ocupación, han perdido su empleo 1.864.700 personas, lo que equivale al 9% del total de ocupados de aquella fecha. Es decir que, hasta ahora, la crisis ha quitado el empleo a 1 de cada 11 personas ocupadas.

Al mismo tiempo el numero de afiliados de la seguridad no deja de bajar. En términos desestacionalizados, el desempleo se ha situado en 4.015.625, lo que supone 59.088 parados más que el valor desestacionalizado del paro registrado en febrero. Por otra parte el numero de los afiliados a la Seguredad Social en marzo - en términos desestacionalizados - ha caido en 34.660 trabajadores - de 17,747 millones a 17,712 millones - en comparación con febrero.

Según las previsiones de IESE-Adecco, en junio próximo, el porcentaje de personas activas sin empleo será de un 19,2% - un incremento interanual de 1,3 puntos porcentuales. De confirmarse esta previsión, desde junio de 2007 se habría acumulado un incremento en la tasa de paro de 11,3 puntos porcentuales. No obstante, el informe argumenta que si la población económicamente activa volviera a expandirse de modo parecido a como lo hizo hasta marzo de 2009, la tasa de desocupación podría ser hasta 2 puntos porcentuales mayor a la cifra antes indicada - y una parte significativa de esta diferencia puede llegar por parte de las personas que, simplemente, ya no están aquí.

Es por eso que yo destacaría dos "grupos de riesgo". En primer lugar, la mano de obra inmigrante, mayoritariamente ligada al sector servicios y la construcción, ambos muy golpeados por la crisis, cuya tasa de paro ha llegado hasta el 29,7%, frente a la del 16,8% de los nacionales. Y en segundo lugar, jóvenes con menos de 30 años, y sin contrato de larga duración. En ambos casos, un estancamiento del mercado laboral durante mucho tiempo puede producir la consecuencia indeseable de que se vean forzados a marchar del país, en busca de su futuro.



Mantener La Población Activa: Factor Crítico En La Recuperación

La economía es una ciencia compleja, donde todo depende del punto de partida y de su trayectoria, lo que quiere decir que es difícil predecir, muy a menudo, y que los resultados producidos son sustancialmente diferentes a los que esperaría una persona aplicando una postura de "sentido común".

Así, por ejemplo, podría parecer, a simple vista, que con la tasa tan alta de desempleo que tenemos y la gran cantidad de emigrantes, con una vuelta de los emigrantes, a su país de origen, habría bastante menos desempleo.

No obstante, a pesar de esa conclusión inicial, un análisis más detallado, revelaría que se trata de un proceso de razonamiento falso, ya que si la fuerza de trabajo disminuye, habrá menos personas en la mano de obra para pagar las futuras pensiones, menos personas trabajando para producir las exportaciones que el país necesita para pagar su deuda externa. También, menos población para comprar y alquilar casas, lo que haría mucho más difícil estabilizar el mercado de vivienda y frenar la morosidad de forma que los bancos quedasen solventes. Así que, si se deja que las personas se marchen del país, los españoles corren un mayor riesgo de tener que trabajar mas años, por una pensión reducida, además de precipitar una verdadera situación explosiva en sus bancos.




Según un estudio reciente de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), las malas perspectivas que ofrece la economía española pueden convertir España en un país sin inmigración. Las estimaciones detalladas de llegadas de inmigrantes para los próximos años que hace el informe indican claramente que los ritmos serán menguantes: este año llegarán 285.000 nuevos inmigrantes; serán 203.000 los recién llegados en 2011; 128.000 en 2012; 61.000 en 2013... Y en 2014 la recepción de inmigrantes queda prácticamente en nada, con sólo 3.000 nuevos extranjeros.

Pero, por las razones dadas antes, yo temo que la situación puede llegar a ser mucho peor. Creo que el saldo de inmigrantes puede ser incluso negativo este mismo año y que la falta de perspectivas de trabajo puede hacer que nos enfrentemos a una bajada sustancial de la población activa en los próximos años, sobretodo si añadimos el número de jóvenes autóctonos que no tendrán más remedio que salir en búsqueda de su futuro.

Es evidente, que la burbuja inmobiliaria ha producido muchas consecuencias indeseables, entre las que se encuentra la subida dramática de la población, sin tener un modelo económico capaz de ofrecer puestos de trabajo adecuados y sostenibles. Pero lo hecho, hecho está. Si ahora mismo España hace marcha atrás, se puede producir una situación infinitamente peor, y algunas regiones del país podrían quedar como Alemania del Este u otras partes de Europa Oriental. Por eso y por muchas otras razones, es de primera importancia poner en marcha una política económica que pueda producir crecimiento de empleo de forma urgente, ya que, en la situación actual, semejante caída de la población lejos de ser deseable seria una catástrofe y podría precipitar España hacia una espiral descendente, que una vez iniciada seria difícil de detener.

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